Gran Premio de la Hermandad: 50 años de pasión y fraternidad en la Patagonia

La versión 49 del Gran Premio de la Hermandad, celebrada este año en Porvenir, dejó una profunda huella en la comunidad de la Patagonia chileno-argentina. Este evento, que conmemora 50 años desde su primera edición, reunió a pilotos y aficionados del automovilismo en un ambiente cargado de emoción y fraternidad. Pese a los contratiempos y vicisitudes propias de una competencia de esta envergadura, el éxito estuvo presente no solo en aquellos que llegaron al podio, sino en quienes cumplieron su objetivo de disputarla.
El gobernador regional, Jorge Flies, destacó este evento deportivo, subrayando su relevancia tanto para Chile como para Argentina. “Un año más con experiencia, un año más con acontecimientos particulares como ocurre en el Premio de la Hermandad. Como gobierno regional, estamos muy contentos de haber podido cooperar nuevamente en un deporte que es tan propio de la Patagonia. Es la carrera más importante de la región chileno-argentina y los saludo también a quienes ganaron en cada una de sus categorías y, particularmente, un saludo y un abrazo a los hermanos argentinos”, expresó. Asimismo, añadió que “nunca hubo dudas en apoyar este evento. Queremos que Magallanes sea una región de deportes y qué mejor ejemplo que en el trabajo con la hermana nación argentina”.
Por su parte, el alcalde de Porvenir, José Gabriel Parada Aguilar, se mostró agradecido por los esfuerzos realizados para hacer posible esta histórica carrera. “Agradecer todos los esfuerzos que se han hecho para desarrollar estos 50 años del Gran Premio. Estamos muy contentos; ha sido una semana de mucho movimiento, mucho entusiasmo”, comentó, a la vez que también destacó la importancia de la velada de gala, donde se entregaron los reconocimientos y premiaciones a los ganadores.
Entre los pilotos, la emoción y el esfuerzo quedaron claramente reflejados en sus palabras. Alexis Barrientos, uno de los vencedores, compartió lo que significó para él este logro. “Siempre fue un sueño, de chiquitos por eso nos emocionábamos con mi tío. Era mi sueño correr y estar entre los pilotos más destacados, y para eso trabajo día a día”, relató con emoción. También habló del sacrificio personal que implica competir en este tipo de eventos, subrayando que “cuando uno se plantea un objetivo, tiene que luchar hasta lograrlo”.
Luis Mladinic, piloto nacional, relató las dificultades que enfrentó durante la carrera. “Nos costó mucho. Nos quedamos sin combustible, nos quedamos sin frenos, pero llegamos”, dijo, subrayando los desafíos que presentó la organización de la carrera en esta edición. Matías Villarroel, ganador de la categoría D, también reflexionó sobre la carrera y el legado que deja. “Muchísimas gracias, es una verdadera hermandad. Muchos se quedaron, pero yo crecí en esto, mi papá corrió 26 años y lo vi peor que ahora al camino”, comentó, añadiendo que hay que respetar la dedicación de la organización para mantener vivo el espíritu de la competencia.
Finalmente, Facundo Carleti, otro de los participantes, resaltó la importancia de mantener la unión entre los pilotos y las organizaciones para que la carrera siga prosperando. “Creo que es momento para celebrar y no hacer críticas apresuradas. Entre los pilotos, los dirigentes, argentina-chilena, creo que vamos a sacar adelante y no creo que vuelva a pasar eso que pasó en esta edición”, concluyó con optimismo.

 

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